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La artista country pop estadounidense deja por un momento las pistas de baile para meterse en un taller del sur de Estados Unidos, donde la atracción aparece entre herramientas, música baja y una camioneta clásica que necesita más cariño que pintura.
En el video de Work On Me, Dasha interpreta a una chica de California con “corazón sureño”, como canta en el primer verso. Llega al taller con lo justo: un alma un poco golpeada y ganas de dejarse sorprender. No busca promesas, solo un respiro. Y ahí está él: manos grandes, jeans manchados de grasa y la mirada fija en el motor. No dice mucho, pero dice bastante.
La letra es directa. Ella admite que está “un poco rota”, que hubo “un par de idiotas” que le complicaron la vida antes. Pero también deja claro que no espera compromiso eterno: apenas sabe si él vuelve a casa con alguien más, y aun así, la química puede más. “¿Qué es lo peor que podría pasar con un poco de diversión?”, pregunta en la canción mientras se sienta sobre el capó y sonríe con algo travieso.
Lo sensual no está disfrazado:
“Something dirty on my mind and you got dirt on your jeans”, canta sin rodeos.
El doble sentido es la clave: arreglar motores, arreglar corazones. Un taller como escenario del deseo.
Todo se siente real y sencillo: un día de calor, una camioneta clásica (la letra menciona un Bronco), un tipo que sabe usar las manos y una chica que se anima a soltarse. Ella se corre del brillo del country-pop y se permite una historia más terrenal: “Soy una californiana con un corazón sureño”, repite como para convencerse.
Entre tuercas y miradas, Dasha suelta lo que la canción propone: sanar a veces no es drama ni balada triste. A veces alcanza con alguien que entienda el ruido del motor propio y no tenga miedo de ensuciarse las manos.