Silvana Estrada tiene esa magia de hacerte sentir que te canta al oído, como si estuviera en tu sala. Hoy, liberó imágenes de “Flores”, el nuevo sencillo de su álbum Vendrán Suaves Lluvias, que salió hace tres días. Lo anunció en redes con su entusiasmo de siempre y, en unas horas, el video ya tenía a todos hablando: es Silvana en estado puro, cantando con una mezcla de fragilidad y fuerza que te llega directo.

“Flores” es una despedida sin dramatismos, un canto sereno a lo que ya no puede crecer. La letra se mueve entre la entrega y el desprendimiento, con frases que suenan casi a suspiro: “Vámonos dejando a un lado, que donde no crecen flores, yo no canto”. En esa línea, Silvana transforma la pérdida en claridad, y su voz —entre la ternura y la firmeza— se vuelve ese espacio donde lo que duele también florece.

Nacida en Coatepec, Veracruz, México, en 1997, Silvana creció entre maderas e instrumentos que hacían sus papás, luthiers de oficio. Desde niña, la cuatro venezolana fue su compañera más cercana, dándole a su música ese toque cálido que parece un abrazo. De adolescente, se clavó en el jazz, escuchando a Billie Holiday y Sarah Vaughan, y a los 16 conoció al músico Charlie Hunter en un taller en Xalapa. De ahí salió Lo Sagrado, un disco grabado en la cabaña familiar, donde mezclaba folk y jazz con una naturalidad que ya dejaba ver su talento.
 

El mundo la conoció de verdad con Marchita en 2022, un álbum que es como un diario de desamores. Ese trabajo le dio un Latin Grammy como Mejor Artista Nuevo, compartido con Ángela Álvarez, y la llevó a colaborar con Natalia Lafourcade y Caloncho. Su voz, que pasa de un susurro a un grito suave, recorrió el mundo, desde un Tiny Desk Concert en 2022 hasta escenarios de América y Europa. Este mes se convirtió en la primera mexicana con dos Tiny Desk: el segundo, grabado en vivo en el Teatro Metropólitan, incluyó un adelanto de “Flores” que dejó al público sin aliento.

Vendrán Suaves Lluvias, su nuevo disco, llegó el 17 de octubre y marca un nuevo punto en su camino. Producido por ella misma, con arreglos de Owen Pallett y Roberto Verástegui, reúne diez canciones que hablan de despedidas, duelos y reconciliaciones con la vida. La muerte de su mejor amigo y su hermano en 2022 marcó el proceso, llevándola a un bloqueo que rompió con este álbum. “Flores” condensa ese tránsito: es duelo, pero también renacimiento.

Otros temas del disco, como “Dime”, “Como un pájaro” y “Si me matan”, abordan el ghosting, la soledad y la violencia que atraviesa México. Es folk con cuerdas, vientos y esa cuatro que no suelta, pero con una energía más cruda, casi furiosa por momentos. Silvana lo define como una tormenta, y se siente: hay dolor, pero también una voluntad de seguir floreciendo.

La gira de presentación la está llevando por América y Europa: ya pasó por Colombia y España, continúa en Suiza el 23 de octubre, y regresará a México con tres fechas agotadas en el Metropólitan en enero. Desde ahí, su voz volverá a recordarnos que incluso donde no crecen flores, siempre puede volver a cantar.