La cantautora canadiense Sarah McLachlan regresó el pasado 26 de junio con un sencillo que encara las heridas emocionales de sentimientos encontrados. “Better Broken”, grabado en los Sound City Studios y producido por Tony Berg y Will Maclellan, anticipa el álbum homónimo que llegará en septiembre a través de Concord Records. Piano sereno, guitarras que arropan y una voz que susurra dan vida a esta historia pop-rock; en el video, McLachlan canta a oscuras, apenas iluminada por velas, mientras toca su propio piano.

La letra habla desde un lugar íntimo. La protagonista inhala hondo, intenta no derrumbarse y se repite que quizá es mejor dejar algunas piezas tal cual están. Al respirar entre los recuerdos, permite que el tiempo pula los bordes afilados: “Let memory wash over me, forgive but don’t forget”. Cuando el pasado vuelve a tocar la puerta pidiendo explicaciones, ella lo reduce a una pequeña piedra: sigue ahí, pero ya no duele como antes. Su conclusión es clara: ciertas historias se comprenden mejor cuando se aceptan rotas.

Detrás de esa calma aparente hay un trabajo instrumental cuidadoso. Wendy Melvoin aporta guitarras discretas, Matt Chamberlain sostiene el pulso con batería austera y un leve pedal steel colorea los silencios. Todo se conjuga para que la voz tenga espacio y el mensaje respire.
 

“Better Broken” cumple una doble función: muestra la madurez creativa de McLachlan y deja claro el hilo conductor del disco que viene. Habla de aceptar las fisuras y avanzar sin forzar la reparación. Para quienes han acompañado su carrera, el sencillo suena familiar y, al mismo tiempo, refrescante: un recordatorio de que la luz entra, justamente, por donde la superficie se agrieta.