Lainey Wilson sorprendió a New York con una presentación que pocos esperaban: una versión acústica de “Devil Don’t Go There” grabada en el Museo Americano de Historia Natural. Sí, justo ahí, entre esqueletos de dinosaurios y vitrinas históricas, la estrella country llevó su voz rasgada y su estilo sureño a un escenario tan inusual como fascinante.
Sentada frente a un enorme fósil prehistórico, Wilson interpreta la balada de desamor mientras dos guitarristas la acompañan y un percusionista marca el ritmo con un pequeño shaker. Sin público ni luces estridentes, solo las cuerdas, la voz y el eco del museo crean una atmósfera íntima y envolvente. El resultado: una de esas actuaciones que se quedan grabadas por su sencillez y poder emocional.
Esta presentación forma parte de la promoción de su álbum Whirlwind (Deluxe), un trabajo que ha conectado con el público por su tono personal y honesto. Lainey sigue demostrando que puede moverse con soltura entre lo tradicional y lo contemporáneo, sin perder la esencia de su sonido.
En julio, el Salón de la Fama de la Música Country en Nashville le dedicó la exposición “Lainey Wilson: Tough as Nails”, un repaso a su trayectoria desde sus inicios hasta su consagración. En agosto, se confirmó que encabezará el “Concert for Legends” en 2026, otro hito que refuerza su lugar entre las grandes voces del género.
Su visita al Museo Americano de Historia Natural parece solo un anticipo de lo que vendrá. Antes de cerrar el año, Lainey Wilson regresará a la ciudad para presentarse en el Madison Square Garden el 10 de octubre, con todas las entradas agotadas. Y si algo demuestra esta actuación acústica, es que no importa el escenario: Lainey sabe cómo hacer que su música cobre vida, incluso entre gigantes de otra era.