Si alguna vez te han roto el corazón y terminaste en un bar pidiendo “otro tequila, por favor”, entonces Bar de corazones rotos, el nuevo sencillo de Esteman y Daniela Spalla, puede convertirse en tu compañía ideal. Esta canción, parte de su disco Amorío, llegó el 29 de agosto de 2025 como un abrazo para quienes han llorado por amor, pero también como un recordatorio de que el sol siempre vuelve a salir.
Imagina la escena: un bar con luces tenues, el olor a tequila flotando en el aire y dos voces compartiendo sus penas. Así se siente la canción. La letra, escrita por Esteman, Daniela y El David Aguilar, es como una charla entre amigos que se encuentran en el fondo del pozo, pero deciden reírse de sus tragedias. “Dos tequilas por favor / Y un poco de sal para estos locos / Juntos en el bar de corazones rotos” es el estribillo que golpea directo en el pecho y te invita a cantar con los ojos aguados.
El tema no solo habla de desamor, sino también de esa catarsis que aparece cuando aceptás que todo terminó. Frases como “Si duele es porque se sobrevivió” o “Puedo ver que en esos ojos tristes / Seguirá saliendo el sol” son un bálsamo para el alma. Es como si Esteman y Daniela te dijeran: “Sí, duele, pero vas a estar bien”. Entre el piano Rhodes, las cuerdas dramáticas y un toque de trompeta, la producción de Pablo Stipicic y Adán Jodorowsky refuerza la intensidad de lo que transmiten.
Esteman, el cantautor colombiano, y Daniela Spalla, la argentina que conquistó México con su voz cálida, muestran una química natural en cada verso. Bar de corazones rotos forma parte de Amorío, un proyecto que viene tomando forma con adelantos como “Te Alejas Más de Mí”.
La canción es un viaje emocional que combina la tristeza de “Me voy a dormir y no duermo” con la esperanza de “Todos esos planes que te hiciste / Te saldrán aun mejor”. Es como si dieran permiso para estar roto, pero también recordaran que no se está solo.
Este sencillo no solo cuenta una historia, sino que te hace sentir parte de ella. Es una invitación a brindar por lo que fue, por lo que dolió y por lo que vendrá. Y aunque el alma esté en el piso, como dice la letra, siempre queda un trago (o un café, si se prefiere) para seguir adelante.