Pasos al costado es, sin discusión, una de las canciones más reconocibles del rock argentino de las últimas décadas. Desde su aparición en Para mí, para vos, en 2004, el tema de Turf logró algo que no siempre ocurre: trascender su tiempo y convertirse en un punto de referencia dentro del repertorio de la banda. Su ritmo inmediato y una letra que invita a mirarse hacia adentro hicieron que conectara rápido con el público.

Dos años más tarde, Turf decidió mirar esa misma canción desde otro lugar. La versión piano, incluida en el disco Turf de 2006, propone un giro completo en el clima y en la forma de escucharla. Lejos de la energía rockera y de las guitarras que dominaban la versión original, esta reinterpretación apuesta por la cercanía y la introspección.

El piano se convierte en el eje absoluto del tema y acompaña, sin adornos, la voz de Joaquín Levinton. La reducción instrumental no funciona como un simple recurso estético, sino como una forma de poner en primer plano la composición y la letra. Todo lo que antes estaba envuelto en euforia ahora aparece más expuesto.
 

En este formato, la melodía toma un tono más reflexivo y la canción se vuelve casi confesional. Frases que en la versión original pasan entre coros y ritmo ahora se escuchan con otra atención, dejando espacio para que el mensaje respire y llegue de manera más directa. La invitación a detenerse, a pensar el camino recorrido y a animarse a dar un paso al costado adquiere una dimensión distinta.

Esta versión a piano no reemplaza al clásico, pero sí lo complementa. Muestra que, más allá del formato, Pasos al costado tiene una solidez que le permite sostenerse desde la simpleza y seguir generando identificación, incluso cuando se la escucha en su forma más desnuda.