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Rozalén presentó “Efímera”, una canción que llega acompañada de su video oficial y que funciona como una despedida temporal de la música. La cantautora albaceteña anunció que se tomará un descanso una vez concluida su gira, y eligió esta pieza íntima para cerrar una etapa.
El video, grabado en plena naturaleza, la muestra sola, sin artificios, en un entorno que para ella es casi un refugio. La propuesta visual se sostiene en su presencia, en la atmósfera tranquila del campo y en la cercanía con la que interpreta un tema que vuelve a su esencia.
La protagonista de “Efímera” se siente vacía, profundamente triste y alienada, aunque el mundo la ve exitosa y radiante. Finge felicidad con una “sonrisa comprada” porque no se permite derrumbarse. Vive agotada, desconectada de sí misma, con miedo a caer a pesar de saber que necesita tocar fondo para sanar. Todo lo tiene, pero no es feliz. Esa contradicción emocional atraviesa la canción y conecta con el deseo de parar, respirar y reencontrarse.
“Efímera” fue registrada a guitarra y voz en una sola toma, buscando esa honestidad con la que Rozalén comenzó su camino. La canción reflexiona sobre lo pasajero de la vida, la presión externa, el cansancio emocional y la necesidad de aceptar las propias caídas. Entre versos que se sienten confesionales, deja un mensaje que acompaña sin imponer nada: todo pasa, y caer también forma parte del proceso de volver.
Conocida por canciones como “La Puerta Violeta” y “Vivir”, la artista se despide momentáneamente dejando una pieza que resume su estado actual: un punto de pausa, de búsqueda y de claridad interior. “Efímera” no pretende añadir adornos; simplemente muestra vulnerabilidad y abre la puerta a un silencio necesario.