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En estos territorios de polvo y horizonte abierto, donde las noticias viajan a lomo de caballo y los rumores corren más rápido que las diligencias, empezó a comentarse la llegada de una nueva pieza musical de Tucker Wetmore. Su canción Brunette, lanzada el 25 de abril de 2025 como parte de su primer álbum, What Not To, viene sonando en las cantinas como si hubiera nacido en estas mismas tierras.
Hace apenas unas horas se liberaron las imágenes del visual que acompaña la canción, un breve adelanto que muestra escenas ambientadas en un pueblo del Viejo Oeste estadounidense. Allí se ve a Joey Graziadei y Hannah Godwin caminando entre establos, tablones viejos y miradas curiosas, como si fueran parte natural de cualquier tarde en un asentamiento de frontera.
La letra de Brunette retrata una sensación conocida por muchos que han dejado el corazón en manos equivocadas. Wetmore reconoce que sus historias con mujeres rubias lo llevaron por caminos donde sobró más desilusión que compañía. Con ese cansancio que solo entiende quien ha cabalgado en silencio demasiadas millas, el cantante busca ahora un comienzo distinto. Una morena que no lo ate a lo que ya pasó ni a las canciones que compartía con quien lo marcó. Al leer sus versos, uno siente que no solo habla de amores, sino del intento de romper con viejas costumbres que ya no llevan a ningún lado.
El visual recién liberado acompaña bien ese espíritu. No pretende adornar la historia, solo enmarcarla en un ambiente donde cada sombra, cada gesto y cada paso sobre la tierra seca parece contar algo. Es una forma sencilla de presentar la canción sin desviarla de lo que es: un relato directo, de alguien que quiere dejar atrás lo que duele y seguir adelante con calma.
En estas tierras de viento errante y madrugadas silenciosas, no sorprende que la melodía haya encontrado su lugar tan rápido. A veces, una canción basta para recordar que siempre hay una oportunidad de empezar de nuevo, incluso en los rincones más polvorientos del Oeste.