Una canción puede capturar mucho más que sonidos. You Had To Be There, interpretada por Megan Moroney y Kenny Chesney, es una muestra de cómo una experiencia personal puede convertirse en una colaboración que conecta generaciones.

La historia detrás del tema comienza en 2018, cuando Megan Moroney asistió a un concierto de Chesney en Atlanta. Desde lo más alto del estadio, vivió una noche que más tarde describiría como un momento que cambió el rumbo de su vida. Siete años después, no solo comparte una canción con él, sino también el escenario durante su gira.
 

La letra retrata esa primera noche con detalles cotidianos y muy visuales: amigas frente al espejo, una guitarra en la sala, botas nuevas y la emoción del concierto. Todo eso desde la perspectiva de una joven que apenas comenzaba a soñar. Con el paso del tiempo, la misma voz vuelve al presente para contar cómo esos sueños empezaron a cumplirse.

“Got a sound check in ten and my own dressing room”, canta ahora, sin perder la conexión con aquella chica que, años antes, cantaba desde la grada. La transición no solo habla del crecimiento personal y profesional, sino también de lo que permanece intacto: la emoción, la música y el recuerdo de haber estado ahí.

Dirigido y editado por CeCe Dawson, el video oficial acompaña esta narrativa con imágenes que mezclan pasado y presente, con un tono sencillo que se mantiene fiel a la esencia de la canción. Refuerza el sentido emotivo del relato y resalta la conexión real entre ambos artistas.

You Had To Be There no busca explicar lo que significó ese momento. Solo lo comparte. Porque, como repite el estribillo, hay cosas que no se pueden contar. Hay que haber estado ahí.