Jessie Murph está de vuelta con "Blue Strips", una historia musical que no solo revela su talento y su estilo único, sino que también marca una clara evolución en su sonido. Esta vez, la artista se muestra más atrevida y directa, con un tema que parece sacado de una película de venganza: una ex que, aunque dice no estar molesta con su antiguo amor, deja claro que está disfrutando de una nueva vida mucho más grande y mejor que la que tenía antes.

En esta ocasión, Murph se aleja un poco de la suavidad emocional de sus trabajos anteriores, como drowning de 2023, y se adentra en una mezcla de pop y country trap que parece a propósito rebelde. Con un sonido marcado por los golpes pesados de las baterías 808 y líneas de bajo distorsionadas, la canción tiene una atmósfera oscura que la hace destacar, todo mientras conserva ese toque sureño que le da a su música un giro distintivo.
 

"Blue Strips" es también una ventana al poder emocional de Murph. Aunque la letra parece decir que no hay resentimiento, la actitud de la canción tiene algo de provocación. La protagonista habla de tenerlo todo: una mansión en Malibu, un nuevo novio y una vida que, según ella, es mucho mejor sin su ex. Es una historia de superación personal, pero también de sutil revancha, como si en cada verso, ella quisiera que su ex se diera cuenta de lo bien que le va ahora.

La colaboración con el productor Bēkon es clave en este sencillo, pues le da una base sólida que permite que la voz de Murph se sienta aún más poderosa. Y aunque no está ajena a la mezcla de géneros —como mostró en su colaboración con Jelly Roll, Maren Morris y Koe Wetzel—, "Blue Strips" resalta un lado más fuerte y audaz de la artista, tanto en su sonido como en su mensaje. Con este lanzamiento, Jessie Murph nos recuerda que no tiene miedo de tomar riesgos, tanto en la música como en su vida.