19 mar 2025 / Like

Samantha Fish: Fuerza y autenticidad en cada acorde

Mira la presentación en vivo y siente la electricidad de la artista en acción: I'm Done Runnin'

Por:
Guillermo Ravagni

Hay artistas que no solo tocan música, la viven. Samantha Fish es una de ellas. Su guitarra no es solo un instrumento, sino una extensión de su propia esencia. Y cuando se sube al escenario, el blues y el rock se funden en una tormenta eléctrica que deja huella.

Con "I'm Done Runnin'", Fish nos entrega un grito de independencia, una declaración feroz de alguien que ha decidido dejar de huir. Este sencillo es un adelanto de su próximo álbum Paper Doll, que verá la luz el 25 de abril de 2025. Y si la versión de estudio ya transmite esa energía cruda, su interpretación en vivo la lleva a otro nivel.

Grabado en Austin y Los Ángeles mientras Fish se mantenía en constante gira, Paper Doll es un testimonio de su energía inagotable. Detrás de la producción está Bobby Harlow, una leyenda del garage-rock de Detroit, y cuenta con la participación de Mick Collins (The Gories) en una de las canciones. Su banda de gira—Ron Johnson en el bajo, Jamie Douglass en la batería y Mickey Finn en los teclados—es la maquinaria perfecta para dar vida a este viaje sonoro.
 


"I'm Done Runnin'" arranca con un ritmo medio, un riff matizado y un slide que corta como una navaja. La letra es directa y sincera: Fish canta sobre mirar al futuro sin miedo, incluso cuando el camino no está del todo claro. “When I look in the mirror, staring at the unknown, the world’s not getting clearer, but I like where I’m goin’,” suelta con determinación. Es un himno para los que han aprendido a resistir, para los que ya no se esconden.

La canción, escrita junto a Kate Pearlman y Jim McCormick, tiene todo lo que define a Samantha Fish: potencia vocal, una ejecución impecable y esa mezcla entre tradición y modernidad que la ha convertido en una figura imprescindible del blues rock actual.

El video en vivo, dirigido y editado por Casey Pierce, captura a la perfección la esencia de Fish en el escenario. No hay artificios, solo música en estado puro.

Porque al final, I'm Done Runnin' no es solo una canción: es un manifiesto. Es la historia de alguien que alguna vez huyó, pero que ahora ha decidido plantar los pies en el suelo, aferrarse a su guitarra y enfrentar lo que venga.

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