En su reciente lanzamiento, El cielo, TINI sorprende al adentrarse en un terreno musical poco explorado por ella, aunque familiar en el pop contemporáneo: una cautivadora fusión de dance y afrobeats. Este estilo fresco no solo enriquece su discografía, sino que también refuerza su capacidad para reinventarse artísticamente.

La historia que nos cuenta está impregnada de emociones encontradas. La protagonista recuerda con cariño la belleza de lo vivido, pero reconoce que el amor que alguna vez la envolvió ya no está presente. Es un torbellino de nostalgia y alivio, una aceptación sin arrepentimientos. Este relato, lejos de ser un lamento, es una afirmación de madurez emocional, donde el amor agotado encuentra su cierre natural.

TINI no esquiva los matices de la culpa, reflejando el dolor de haber causado heridas, pero también brilla su valentía al enfrentar sus sentimientos con honestidad. El mensaje central parece ser una reflexión sobre el desgaste natural de las relaciones: a veces, simplemente no están destinadas a durar.
 

El videoclip refuerza esta idea con imágenes que destilan libertad. Rodeada de amigos, TINI se muestra radiante, bailando con una energía renovada. Es una oda a la aceptación y el renacimiento emocional, envuelta en una atmósfera que invita al movimiento y la celebración de lo que sigue.

En El cielo, TINI no solo canta, sino que abraza un nuevo capítulo, dejando claro que el fin de un amor no tiene por qué ser el fin de la alegría.