El single es esa sensación de imposibilidad y dificultad por dejar marchar a la persona a la que entregaste tu corazón.

Graveyard es una balada pop que combina elementos de electropop y alternativo. La producción, a cargo de Jon Bellion y The Monsters and the Strangerz, envuelve la voz etérea de Halsey en una atmósfera melancólica y envolvente. La letra, escrita por Halsey junto con Amy Allen, Jon Bellion, Louis Bell, Mark Williams y Stefan Johnson, aborda temas de amor obsesivo y la autodestrucción que puede acompañarlo.

El video musical de Graveyard, dirigido por Anton Tammi, es una pieza visualmente impactante que complementa la narrativa de la canción. Protagonizado por Halsey y la modelo Sydney Sweeney, el video sigue a las dos en un viaje surrealista a través de un parque de diversiones. La cinematografía vibrante y los efectos visuales evocan una sensación de ensueño que se alinea con la temática de perseguir algo hasta el punto de la obsesión:

El estribillo de la canción, I would’ve followed all the way to the graveyard, destaca la disposición de Halsey para seguir a una persona amada hasta el final, incluso si eso significa perderse a sí misma en el proceso. Este tema resuena con muchos de sus seguidores, quienes encuentran en sus canciones un reflejo de sus propias luchas y emociones.