NEWS | 7 NOV 2025

Katy Perry comparte el visual de Bandaids

Un retrato visual de una relación que se termina y lo que queda después.

Katy Perry presentó el visual de “Bandaids”, dirigido por Christian Breslauer. La canción aborda el desamor y la curación tras una relación que se desgastó con el tiempo, y el video acompaña esa idea con escenas simbólicas y un toque de humor oscuro, algo que Perry ha utilizado antes para hablar de emociones profundas.

Desde los primeros segundos, el relato se sitúa en un espacio cotidiano que pronto se vuelve incómodo: mientras lava los platos, un anillo de oro se le va por el desagüe y el triturador termina hiriéndole el dedo anular, una imagen cargada de significado. A partir de ahí, la historia avanza a través de situaciones cada vez más extremas y casi absurdas —descargas eléctricas, peligros inesperados y el momento en que está a punto de ser alcanzada por un tren— como reflejo del desgaste emocional que la cantante narra en la canción.

Las letras acompañan esa sensación. Perry afirma que lo intentó todo: “Hand to God I promised I tried / There’s no stone left unturned”, pero también señala que el problema no fue un hecho puntual, sino una ausencia constante: “It’s not what you did, it’s what you didn’t”. La repetición del estribillo “Bandaids over a broken heart” funciona como una imagen clara de intentar curar algo que ya estaba roto.
 


En medio del caos visual aparece un momento más íntimo. Justo antes de la escena del tren, Perry observa una margarita creciendo entre las rocas. La referencia es directa a su hija, Daisy Dove, y actúa como un punto de sostén y claridad. Es un detalle pequeño dentro del video, pero funciona como centro emocional de la narrativa.

El cierre vuelve a jugar con el humor negro. Después de que la canción termina, Perry se detiene en una gasolinera. En la radio suena una canción titulada “Watch It Burn”. Ella enciende un cigarrillo y la estación explota. Es una imagen que resume ese punto en el que se reconoce el final y, simplemente, se lo deja ir.

La canción cuenta con la producción de Max Martin, Greg Kurstin, Cirkut y Andrew Watt, lo que se traduce en un sonido pop directo y pulido, fiel al estilo que Perry ha explorado en distintas etapas de su carrera.