Hey Violet presentó una versión íntima de Voices in My Head en una sesión stripped desde la azotea de un edificio. Acompañada por un guitarrista y una tecladista, la vocalista interpretó la canción con una emotividad palpable, destacando la vulnerabilidad de la letra y su lucha interna.
La canción explora un conflicto personal lleno de miedo, confusión y pensamientos oscuros, pero también deja espacio para la esperanza y la aceptación. En lugar de huir, la protagonista enfrenta sus emociones, buscando reconciliarse con su realidad y encontrar luz en la oscuridad.
La producción estuvo a cargo de Austin Tong, con dirección de Kenny Jusino y un equipo liderado por Sam Wichhart en la cinematografía y colorización. La cuidada estética visual y el ambiente minimalista potenciaron la intensidad de la interpretación, convirtiendo la sesión en un retrato honesto de la canción.