Después de siete años de silencio, Nelly Furtado regresa con fuerza y frescura en 7, su nuevo álbum que mezcla la nostalgia de los años 80 y 2000 con un toque contemporáneo que solo ella puede lograr. Publicado el 20 de septiembre, este disco es un testimonio del crecimiento artístico y personal de la cantante canadiense, y Floodgate se erige como una de sus joyas más intensas y emocionales.
En esta pista, Nelly abre las compuertas hacia un torbellino de emociones que oscilan entre la euforia y la incertidumbre. La protagonista de la canción vive la intensidad de un amor sin frenos, como si estuviera a toda velocidad en el asiento delantero, disfrutando cada segundo, pero con un pie aún en el freno emocional. Las imágenes de "champagne dripping" y "full throttle" transmiten una pasión efímera, un deseo que quema y al mismo tiempo asusta.
Pero Floodgate no es solo una oda al amor desenfrenado, también es un espejo de vulnerabilidad. En medio de este frenesí, la duda acecha: ¿es esta conexión real o simplemente un espejismo? Con la voz cautivadora de Furtado y una producción que destila autenticidad, la canción nos lleva al límite de las emociones, dejando a la protagonista —y al oyente— con un rayo de esperanza de que, tal vez, esto sea algo más que una chispa pasajera.
Con Floodgate, Nelly Furtado no solo nos entrega una canción; nos invita a sentir, cuestionar y vivir esa montaña rusa emocional que, en algún momento, todos hemos experimentado.